El Cementerio Maldito - kwwf Radiomazz

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EL CEMENTERIO MALDITO

Por fin llegó el día esperado entre mis amigos y yo, el 12 aniversario de RADIO MAZZ; estábamos Camilo, mis amigos y yo, listos con todo y los disfraces para esa noche. Eran pasadas las tres de la tarde cuando todos salimos para el evento, entre risas y chistes, recorrimos el casi interminable camino.
De pronto, el carro empezó a fallar y yo pensé “hay Dios mío que vamos a hacer”, en eso alguien dijo “pues debemos ir por gasolina”, en eso pensamos, pero estamos disfrazados, el camino no es tan fácil, solo se escuchaban los cuervos alrededor, pero teníamos que caminar en medio de la obscuridad.
Cementerio-B
Cementerio-C
Iluminamos con una linterna y la luz de los celulares. De pronto, visualizamos unas figuras pequeñas. ¡O sorpresa! al ver más detenidamente, eran pequeñas cruces de un pequeño cementerio. El miedo empezó a invadirnos. Camilo empezó a reírse y a contar chistes, se acercó a una de ellas en donde se veía una horrible mascara y sin titubear se la colocó.

¡Que sorpresa nos llevamos!
Cementerio-D
Cuando levantó la cara empezó a hablar con una voz espeluznante, sus ojos brillaban como fuego y una gran carcajada se escuchó, Camilo se la quitó y pidiendo perdón corrimos hasta más no poder para lograr salir de ese sitio; de repente apareció frente a nosotros un hombre jorobado, desgarbado y nos dijo con una voz pausada “Jóvenes, tengan cuidado, ESE CEMENTERIO QUE VEN ALLÍ ES LLAMADO <EL CEMENTERIO DEL DIABLO> todo aquel que intente tocar esa mascara demoníaca, se verá condenado a hacer su voluntad”.
Cementerio-B
Cementerio-F
Camilo empezó a reírse de lo que el hombre contaba y decía “eso es mentira, es una absurda mentira”, el desgarbado hombre levantó la mirada hacia él y enseñando un enorme y filoso machete dijo “amigo, con el rey no se juega”. Después de esto nos invitó a su pequeña cabaña a orilla de la carretera, esperábamos poder recargar los teléfonos y el hombre comedidamente se ofreció a guiarnos a el sitio donde teníamos que ir. Todos nos miramos, pero, al ver la situación en la que nos encontrábamos, decidimos aceptar. Durante el recorrido no nos permitía ver su rostro pues un enorme sombrero la cubría.
Al llegar, nos abrió la puerta un hombre alto, lánguido y vestido de negro. Soltó una escalofriante carcajada que nos heló la sangre.

Unas pequeñas luces iluminaban la pequeña casa, alcanzamos a ver a otra persona más dentro de ella. Llegó el hombre jorobado con unas tazas y nos dijo “beban tranquilos, lo van a necesitar” con un gesto burlón nos dio las bebidas.

Cementerio-G
Cementerio-H
En la parte más profunda de la casa el hombre alto llamó a Camilo y él, de manera casi automática, se puso de pie y dijo “sí señor”, nosotros intentamos detenerlo y le gritábamos que no fuera, pero él no nos escuchó. Estábamos atentos a lo que pasaba, aquel hombre nos miró después de un momento y sus ojos brillaban como luces incandescentes, se burlaba de nosotros y decía “no se asusten, ya van a iniciar un largo viaje jajajajaja”.  Todos nos miramos y sin pensarlo corrimos, saliendo de esa casa, pero, desafortunadamente, se atravesó el hombre Jorobado diciendo “pero ustedes, ¿a dónde creen que van?”, nosotros le respondimos “vamos a buscar a Camilo” y él dijo “¿Camilo? Él ya está donde pertenece”. Nosotros con voz entrecortada preguntamos ingenuamente “¿qué quiere decir?” y el solo respondió “vamos, que ya empezamos, no pregunten tanto y mejor síganme”.
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Y así, no tuvimos más que regresar. Al entrar nuevamente vimos a el hombre del traje obscuro con una macheta cortando y tirando partes de un hombre a los cuerpos, se nos heló la sangre, quedamos inmóviles, solo nos tomamos de las manos y llorábamos sin parar. De repente, apareció Camilo, pero, no era el mismo que siempre conocimos, fue como si su disfraz de vampiro se encarnara en él y se escuchó una gran carcajada.

Dándonos la bienvenida, tomó a una de nuestras compañeras tirándola del cabello y la llevó donde aquel hombre.
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Cementerio-K
No pudimos hacer nada cuando solo escuchamos un desgarrador grito de dolor, corrimos a donde vimos que la llevaba y al ver esa aterradora situación en donde el hombre le arrancó la cabeza de un solo golpe, mientras el otro de la máscara bebía su sangre, Camilo le extirpó sus órganos y se los comía cual suculento manjar, gritamos con todas nuestras fuerzas;

¡Dios mío, ayúdanos, no nos dejes morir!
Al escuchar eso, aquel hombre nos miró fijamente y empezó a caminar hacia nosotros. Mis compañeros y yo quedamos como clavados al suelo y sabíamos que venía a acabar con nosotros. Cuando logramos reaccionar corrimos, pero, una de nuestras compañeras no alcanzó a hacerlo y la tomaron, arrastrándola hasta que no logramos verla.
Cementerio-L
Cementerio-M
De pronto recordé que llevaba una pequeña medalla con la imagen de Dios, la tomé en mi mano, al igual que a mi compañero, solo corrimos y corrimos en medio de horrorosos ruidos y caminos obscuros y lúgubres. Salimos a un camino más iluminado y logramos ver una casa y llegamos a pedir ayuda. Las personas que allí estaban nos miraban extrañados y algo asustados pues nuestros disfraces estaban sucios y rasgados, allí salió Suavecita y con esa cálida voz nos permitió pasar y nos decía:

“Pasen muchachos, pero ¿qué les paso?”.
El miedo y el llanto no nos permitía aun hablar. Al entrar, Rigo nos saludó, aparecieron Miguel y Johan ofreciéndonos un vaso con agua, Aleja solo gritó ¡denles algo más fuerte están paralizados del miedo!, Ariana se reía y Pepe solo decía “ahí está pintada”. Llegó en eso Luz con dos tragos de whisky y nos dijo “tomen muchachas y así nos cuentan que les pasó”.

Nosotras, con voces entrecortadas y llenas de llanto, contamos lo sucedido en esta noche y ellos, en medio de su asombro, solo nos decían “Dios se apiade de sus almas” y ese comentario fue lo último que escuche esa noche…
Cementerio-N
Y así se termina este relato terrorífico de
UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO MALDITO
EN EL 12° ANIVERSARIO DE RADIO MAZZ…

Por
María Sierra

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